viernes, 23 de enero de 2015

Un factor que agravó mi recaída

Hace más de un año perdí mi trabajo. Era un buen trabajo pero no lo supe cuidar. Cuando me vi metido en la casa, en vez de ir a reuniones de AA con más frecuencia, me dediqué a fumar tabaco y ver series de televisión en Internet da manera compulsiva porque todo alcohólico es un adicto (punto de vista del médico en el Libro Azul).

Al mes del despido, cuando me pagaron una importante liquidación, comencé a beber de nuevo.

En ese trabajo había logrado parar de beber por períodos de diferente duración, 6 meses en varias ocasiones y un año y medio que fue mi etapa más larga sin beber durante mi gran recaída.

En el trabajo me habían condicionado el puesto a que fuera a terapia sobre alcoholismo. Estuve yendo año y medio, casi dos años más bien, a un centro privado de terapia ambulatoria, sin internamiento. Sin embargo solo me sirvió para hacer una parada forzosa.

Durante ese tiempo pasaba con mucha borrachera seca porque en realidad no me había derrotado como se dice en AA, no tenía una verdadera admisión de alcoholismo y albergaba en algún lugar de mi mente la idea de poder beber controladamente, aunque fuera de vez en cuando. Me despidieron del trabajo por mis actitudes negativas debido a la borrachera seca.

El Libro Azul dice que la obsesión de todo bebedor es poder volver a hacerlo controladamente y que muchos llevan esa obsesión hasta el borde de la locura y de la muerte. Eso me ocurrió a mi, y bebí hasta el borde de la locura y de la muerte. Estuve muy enfermo, pasé dos meses en cama al mes de dejar de beber, primero estuve internado en un centro de tratamiento sin fines de lucro donde se cobra una módica suma. Ya no tenía dinero para un costoso centro privado.

Del susto de la enfermedad y de lo mal que me vi, pensé que me iba a morir y repetía con insistencia la oración de la serenidad y el padre nuestro. No soy muy creyente, he leído libros ateos de los cuatro jinetes del ateismo (video de los 4 subtitulado al español). Sin embargo no he dejado de creer en algo. Tengo afinidades con los Uniterios Universalistas y con el Budismo Zen. También decía un mantra budista en mi mente, no fuera que mis familiares creyeran que estaba loco.

Superé mi problema de salud, en apariencia no tengo cirrosis ni cáncer en el hígado. En un hospital de la seguridad pública, estuve internado 11 días, me hicieron una gran cantidad de exámenes y diagnósticos por imagen.

Regresé a los grupos de AA de nuevo cuando estuve mejor. Ahora estoy yendo a reunión casi todos los días. Voy a mi barrio, a lugares cercanos, pero también a un grupo en el centro de la capital donde fui miembro hace años.

Los AA se han comportado muy solidarios conmigo. Uno de ellos me regalé un calzado deportivo para que hiciera ejercicio, pues el que tenía lo perdí borracho. Otro sacó de una casa de empeño una pantalla de tv que había empeñado para beber y me la dio cuando tuve el dinero.

Estuve internado en varios hogares salvando al alcohólico, son centros de tratamiento que aplican el programa de AA, además de dar algún tratamiento profesional, y estoy muy agradecido con el trato que recibí. No son de AA por las doce tradiciones, pero están vinculados al programa y son dirigidos y administrados por miembros de AA con años de sobriedad.

Eso es todo de momento, sigo adelante en esta dura tarea de la sobriedad.
Solo por hoy, felices 24 horas.

Una recaída, beber de nuevo, es lo peor que le puede pasar a un alcohólico. Eso no se lo deseo a nadie, una recaída puede ser mortal. De los 45 síntomas de la tabla de alcoholomanía del Dr. Jellinek yo los he vivido casi todos, solo me faltaron dos o tres y el último, la muerte. 





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